Tras la crisis por la pandemia de COVID-19 la industria automotriz se encuentra detenida, esto al carecer de chips o semiconductores que cubran la demanda de producción.

Y es que desde el año pasado, la escasez de chips ha mermado a la industria automotriz, que es uno de principales consumidores pues acaparan alrededor del 10% de las ventas de semiconductores cada año a nivel mundial.

Tras este panorama, a escala mundial se dejarán de vender 7 millones de autos por la falta de semiconductores, siendo Norteamérica (México y Estados Unidos) la región más afectada.

Particularmente en nuestro país, armadoras como General Motors, Stellantis, Volkswagen, Toyota, Mazda, Nissan, Ford y Honda fueron afectadas por el desabasto de chips pues un 18 por ciento de las unidades totales de estas marcas dejaron de fabricarse por falta de los chips.

Esto representa un millón 157 mil 927 autos que dejaron de hacerse entre México, Estados Unidos y Canadá por desabasto de semiconductores.

Dadas estas circunstancias, se prevé que los autos modelo 2022 y 2023 presenten un probable aumento en los precios para el consumidor.

El escenario parece esclarecerse un poco pues con la vacunación global anti COVID-19 y la recuperación económica a pasos lentos pero seguros, se espera que la escasez de semiconductores llegue a su fin hasta el segundo trimestre de 2022.

Ante este panorama, será un poco más complicado el comprar un vehículo por lo que una buena opción es la renta.

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